La disciplina samurái no siempre es buena

Ghost of Tsushima llamó la atención de los gamers desde que mostraron el primer adelanto, ya que retrataba todos y cada uno de los elementos que estamos acostumbrados a ver en las películas inspiradas por la cultura japonesa.

Las historias y videojuegos de samuráis siempre resultan apasionantes, pues además de mostrar batallas más técnicas, suelen estar acompañadas de valores como el honor y el respeto, incluso por el enemigo.

Checa también: Ghost of Tsushima es clasificado solo para adultos por gore y decapitaciones

Ghost of Tsushima nos traslada al siglo XIII y nos pone en la piel de un valeroso guerrero japonés, quien tendrá que cuestionar su propia formación y tradiciones para combatir a un poderoso enemigo.

La historia de Ghost of Tsushima nos traslada aproximadamente al año 1274, cuando los mongoles invadieron por primera vez Japón.

Aunque este suceso es históricamente correcto, la trama del juego es ficticia y presenta a personajes que no figuran en la historia, pero pueden ser interpretaciones de personalidades reales.

Nosotros tomamos el control de Jin Sakai, un noble samurái que se presenta como primera línea de defensa ante el desembarco mongol; sin embargo, este enemigo no es como otros.

En lugar de traer honor al campo de batalla, el ejército rival usa el conocimiento sobre los japoneses en su contra, logrando establecerse en Tsushima con facilidad, y de paso, causando graves bajas entre los defensores.

Este suceso es el punto de partida de nuestra aventura, la cual confrontará a Jin incluso con sus creencias más arraigadas.

Por supuesto que no todo el peso caerá sobre tus hombros, y conforme avances conocerás a valiosos aliados con sus propias motivaciones y problemas en los cuales tu ayuda podría ser muy útil.

En Ghost of Tsushima las misiones llevan el nombre de relatos, mismos que se separan en tres categorías:

• ‘El viaje de Jin’, que te guía por la historia principal.
• ‘Relatos de Tsushima’, que te cuentan la situación del mundo y sus personajes
• ‘Relatos Míticos’, los cuales te permiten desbloquear mejoras para tu personaje.

Siempre es posible ir directo sobre la historia principal, pero después de jugar varias veces te recomiendo que intercales los relatos principales con los secundarios, ya que te darán habilidades, experiencia y más horas de juego.

En lo personal, considero que muchos momentos son algo predecibles, pero eso no hace que pierdan impacto, y créeme, en cierto momento incluso puede que se te escapen algunas lágrimas.

Antes de contarte qué demonios ocurre con la jugabilidad, es necesario detenerse en el apartado gráfico, ya que Ghost of Tsushima está pensado como una experiencia visual.

Desde los primeros trailers Sucker Punch dejó ver que buscaría un juego contemplativo, donde valiera la pena tomarse el tiempo para observar el paisaje, incluso durante algunos combates.

Este juego cuenta con un amplio mundo abierto en donde la naturaleza es protagonista, ya que los asentamientos humanos son pocos y la mayoría de ellos están rodeados por verdes pastizales e incluso jardines de coloridas flores.

En esta ocasión tuve la oportunidad de probar este título en una consola PlayStation 4, y déjame decirte que, aun con sus limitaciones, el manejo de partículas y sombras funcionaban en armonía para retratar la belleza de los paisajes.

La mayoría del tiempo te la pasarás recorriendo bosques, pastizales y ciénagas, pero incluso cuando los trayectos pueden parecer largos vale la pena realizarlos, ya que puedes encontrar sorpresas y puntos de interés.

Todos estos elementos están pensados para ser explotados en el modo fotografía, el cual se convierte en el protagonista indiscutible de Ghost of Tsushima.

El modo fotografía está disponible en la cruceta de tu Dualshock, así que podrás acceder a él de manera sencilla en cualquier momento, incluso en medio de una batalla.

Esto ahorra el tardado proceso de poner pausa y esperar a que el sistema cargue, pues en cuanto lo presionas detiene la acción y te permite ajustar a tu conveniencia casi cada aspecto de la imagen.

Al activarlo tendrás acceso a una serie de herramientas con las cuales podrás crear tu obra de arte, estas incluyen desde el clásico zoom hasta opciones más complejas como enfoque, profundidad de campo y exposición.

Si quieres darle un toque mucho más artístico también podrás añadir partículas como hojas, nieve, cenizas y aves, las cuales pueden quedarse estáticas o en movimiento para hacer un gif.

Por supuesto que existen filtros y hasta tienes la opción de cambiar el clima de la escena para darle cierto toque de dramatismo o una mejor iluminación.

Las herramientas no son tan intuitivas, y a menos que tengas conocimientos sobre fotografía no podrás aprovechar todo el potencial.

Te recomiendo experimentar a fondo y mover cada uno de los apartados para que descubras qué es lo que modifican, te garantizamos que pasarás horas haciendo fotos en lugar de combatir.

Por supuesto que no puedo dejar este apartado sin mencionar el modo Kurosawa, el cual le da a la interfaz el look de una vieja película, con escala de grises y audio modificado para que suene como una cinta antigua.

Lo mejor es empezar con los ajustes normales para que aprecies los colores vivos y los cambios en la iluminación, pero en cierto punto de tu partida intenta cambiar a blanco y negro, no te arrepentirás.

Ahora sí es momento de pasar a la jugabilidad, pues al final es lo que hace a un juego triunfar o sumirlo en la desgracia.

De entrada puedo decirte que Ghost of Tsushima es fiel a lo que mostró en su trailer, pues tienes la oportunidad de enfrentar a tus enemigos cara a cara como un honorable samurái, o derrotarlos desde las sombras como ‘El Fantasma’.

Una de las cosas que llamó mi atención fue la representación de los duelos, pues en algunos gameplays vimos que podías acabar con los mongoles de un ataque certero.

Esto puede ocurrir en cualquier enfrentamiento bajo algunas condiciones, ya que tienes que tomar a tus rivales desprevenidos para retarlos.

La mecánica parece sencilla, consiste en mantener presionado un botón y soltarlo cuando se abalancen sobre ti, pero no es del todo fácil, pues constantemente te engañan y el precio a pagar por estos errores es alto.

Estos no son los únicos momentos en donde la tensión de un enfrentamiento se siente a flor de piel, ya que a lo largo de tu recorrido pelearás con jefes muy duros de roer.

Aquí no basta con lanzarte al ataque como un desquiciado, pues estos enemigos aprovechan hasta el más mínimo descuido para aniquilarte, y creeme, bastan un par de golpes para mandarte al otro mundo.

Es aquí donde una virtud de los samuráis cobra vital importancia: el dominio de tus emociones.

En primera instancia, atacar como loco parece una buena idea, pero no lo es, pues estos rivales cuentan con armadura, velocidad, daño y capacidad de respuesta mejorados, así que un movimiento erróneo puede ser fatal.

La clave está en atacar poco a poco y vigilar atento las posiciones del enemigo, aunque prefiero dejar que descubras este elemento por ti mismo.

Lo que sí te puedo adelantar, es que cada uno de estos encuentros brinda oportunidades perfectas para una buena foto, así que no los dejes pasar.

Dejar el honor

nunca parece bueno

pero funciona

Como te mencioné al principio, Ghost of Tsushima es una historia que pone al protagonista en conflicto consigo mismo, pues los mongoles son superiores a los samuráis al conocer sus costumbres y tácticas, usándolas en su contra.

La única forma de enfrentarlos de forma efectiva es dándoles algo que no han visto, y es aquí donde nace la figura del fantasma.

En este punto no puedo entrar en detalles, pero como habrás visto en los trailers, esta forma de combate radica en moverse en las sombras e infundir miedo al rival.

Encarnar al fantasma trae un mundo de posibilidades, pero es decisión del jugador volverse un completo asesino sigiloso o seguir enfrentando al enemigo cara a cara, salvo por algunos momentos.

En el combate

el enemigo cambia

hay que adaptarse

El combate en Ghost of Tsushima funciona bien, pero aprendes a dominarlo conforme avanzas en la trama.

Desde el inicio cuentas con ataques básicos y combos, pero pronto te darás cuenta que son contrarrestados fácilmente por ciertos tipos de enemigos.

Es aquí donde entra el toque RPG, pues contarás con árboles de habilidades que te darán ventajas.

Estos no son tan complejos como otros títulos en donde puedes crear builds personalizadas, pero tendrás que poner atención en qué ventajas quieres adquirir primero.

Existen dos ramas principales: desviación y evasión, las cuales te darán ventaja en ciertos momentos.

Seguramente te preguntarás por qué no hay una rama de ataque, y la respuesta es sencilla, ya que las mejoras de daño se encuentran dentro de un árbol de posturas.

Como te mencione al principio de este apartado, existen diferentes clases de enemigos con sus propias fortalezas y debilidades, mismas que pueden dominarse si usas la posición correcta.

En total existen cuatro que pueden mejorarse para que sean más efectivas, pero ya te tocará a ti descubrirlas.

En Ghost of Tsushima la armadura es importante, ya que te brindará características diferentes dependiendo de la que uses.

Puedes darle prioridad a la defensa con un atuendo samurái o enfocarte en el ataque con una vestimenta Ronin, eso dependerá de la situación o de tu estilo de juego.

Tu equipo incluso puede potenciarse un poco más con amuletos que encontrarás al completar relatos o al derrotar enemigos, pero para usarlos deberás desbloquear casillas mediante un divertido sistema.

El viento sopla

como un noble guia

muestra secretos

Ghost of Tsushima no cuenta con un sistema de navegación al estilo de otros juegos de mundo abierto, y para llegar a tu destino tendrás literalmente que seguir el viento.

Esto hace que la interfaz luzca más limpia y te de una sensación de libertad, aunque tendrás que poner atención al movimiento de las hojas y partículas para orientarte.

El objetivo principal de este ingenioso sistema de navegación es llevarte a tus misiones, pero está complementado por otros cuantos elementos.

El más representativo son las aves, pues de vez en cuando encontrarás algunas que te guiarán a cubiles de zorro, con los cuales desbloquearás ranuras para amuletos; desafíos de bambú, con los que obtendrás determinación; termas que aumentarán tu salud o pilares con modificaciones estéticas.

De todos estos elementos el que disfruté más fue el escribir haikus, pues podrás reflexionar sobre algunos temas viendo a la naturaleza.

Estos están bien construidos de acuerdo con las reglas gramaticales (mejor que los usados en esta reseña), y te permiten tomarte un respiro durante tus viajes.

El mundo es vasto y oculta muchos secretos, así que te recomiendo poner atención a tu entorno y a la vibración del control, pues existen coleccionables que no están colocados a simple vista.

Un muy buen juego

como ciclo del agua

que se repite

Ghost of Tsushima es hermoso de pies a cabeza, cuenta con una buena jugabilidad e historia decente, pero cae en lo repetitivo.

Los relatos se componen de una fórmula simple que consta en viajar para matar mongoles o bandidos una y otra vez con algunas variaciones.

De vez en cuando tendrás que usar parkour o sigilo, pero al final el objetivo será el mismo.

Lo que cambia está en el plano narrativo, pues encontrarás pequeñas historias que vale la pena descubrir.

Los enemigos sufren este mismo mal, ya que solo existen cuatro clases con algunas variaciones en la armadura y las armas que usan, además de jefes y subjefes, pero una vez que tengas todas las posturas no serán problema.

En resumen, Ghost of Tsushima cumple lo que promete, es divertido, entretenido y bello para la vista, pero no propone algo que sea lo suficientemente innovador como para enloquecer.

https://youtu.be/Vt-8RG1jxzg

La repetición en las mecánicas hace que pierda cierto impacto, aunque tampoco le resta tantos puntos como para ignorarlo.

Si te gustan las películas de samuráis y disfrutas la cultura japonesa, seguro amarás mucho este juego, el cual podría posicionarse como un digno candidato a lo mejor del 2020.